Vahema Uncategorized SON LOS GRITOS DE MI MATERNIDAD

SON LOS GRITOS DE MI MATERNIDAD

SON LOS GRITOS DE MI MATERNIDAD


jesusa vuelve a gritar
y escucha una voz
que la llama, la reclama.

Una voz que se pierde
en las espumas
de un remolino.

Jesusa vuelve a gritar,
son los gritos
de mi nacimiento,
los escucho, los escucho.

Son los gritos
de mi maternidad
los escucho, los escucho.

He nacido
en estas aguas profundas,
y en estas aguas tengo
que morir.

Es el Magdalena de Santa Maria
nacimiento de mis raices,
el canto de mi
eternidad verde,
el follaje salvaje de mi vida,
el hilo de nuestro amor.

Este río
es la tumba de mi padre,
desde allí me habla,
desde las gargantas del
Azpuzana.

VAHEMA

29 DE ABRIL 2009

SUCRE BOLIVIA

v a h e m a

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DERSU UZALA

De la penumbra verde y oscura
apareciste como oso vespertino,
tu voz aguda se escuchó
desde la fogata clara
que atizaban los soldados
una noche de plenilunio

Balanceo lateral y encorvado
carga al lomo,
talle pequeño,
mirada felina,
cual puma hambriento,
o cual oso del bosque
buscando en el fuego
el calor de tu hogar perdido
o la carne diaria de la vida

Sentado al borde de la hoguera
atenuaste el cansancio,
tu larga pipa en mano
fue el rito de la reflexión diaria
y una bocanada profunda de humo
fue el eco fugaz
de tu pensamiento

El bosque era tu hogar,
cada paraje era familiar para ti,
los soldados asombrados
no podían creer
la agudeza de tu mirada
ni la percepción profunda
de las huellas
de cada pisada furtiva

Una noche te encontró el capitán
sentado en posición de loto
frente a una hoguera
de seca maleza.
Estabas hablando con tu esposa y tu hijo
y en cada llama azul
sentías el espíritu
de tus seres queridos
o la danza ritual
de amados espectros que acudían
a saludarte,

¡aquella noche de melancolía,
de evocación y de nostalgia!
Goldi grande,
de pequeña estatura,
sabio profundo del bosque,
son tus maestros los arbustos del campo
y también el viento del este,
El “amba” de medianoche,
la nieve,
los riachuelos y los estanques.

Arturo Villena
Primavera 2006