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carlos tavara decimista de chiclayo

One thought on “carlos tavara decimista de chiclayo”

  1. excelente ,debo confesar que su narracion nos transporta hacer el viaje y esto es el verdadero sacrificio de los pueblos de la serrania del peu donde solo heroes llegaban a prestar su sabiduria a esos pueblos lo felicito dr. por tan abnegada labor de su profesion dios lo bendiga y por ese tarro de leche a esa niña y a esa madre para calmar el llanto y la tranquilidad de la madre dios lo bendiga eternamente

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Décimas Relacionadas

EL CEREBROEL CEREBRO

EL CEREBRO
El Cerebro trabaja
infinitamente callado,
sobre la luz ha brotado
una exacta ventaja.
El valor de la rebaja
en números de la suma,
es Húmero de espuma.
Tornero del espacio
Teorema que despacio,
cincela cuando abruma.
vahema
9 de abril 2005
Sucre Bolivia.

SI ME QUITARAN TOTALMENTE TODOSI ME QUITARAN TOTALMENTE TODO

SI ME QUITARAN TOTALMENTE TODO
Autor: Alejandro Romualdo
Si me quitaran totalmente todo si
por ejemplo, me quitaran el saludo de los pájaros,
o los buenos días del sol sobre la tierra,
me quedaría aún una palabra.
Aún me quedaría una palabra donde apoyar la voz.
Si me quitaran las palabras,
o la lengua,
hablaría con el corazón en la mano,
o con las manos en el corazón.
Si me quitaran una pierna bailaría en un pie.
Si me quitaran un ojo lloraría en un ojo.
Si me quitaran un brazo me quedaría el otro,
para saludar a mis hermanos,
para sembrar los surcos de la tierra,
para escribir todas las playas del mundo,
con tu nombre, amor mío.
(De Edición extraordinaria)

LA LUCHALA LUCHA

Las flores de tus ojos,
me enseñaron la lluvia,
a buscar en cada pétalo
de la vida
las hojas desnudas
de la opresión.
Caminé por el silencio
de tus palabras
y encontré
una flor que me llamaba.
Sus hilos de sangre
se perdían,
en la raíz de la tierra,
las huellas de su sombra
me hablaron en la noche,
y dejaron en mis manos
su camino de libertad.
Recibí en mis sentidos,
las voces de los enterrados,
sonaron sobre mis oídos
las gargantas de los fusilados.
En la piel suave de las flores
encontré las huellasde tus ojos,
y con los racimosde las hojas
recogí las manosquemadas
con las sílabas
ardientes
de la sangre
y de la pólvora.

Vahema

La Paz – Bolivia

2005