Vahema Uncategorized EL CALOR DE TU SONRISA

EL CALOR DE TU SONRISA

EL CALOR DE TU SONRISA

El tono de tu voz
castigó los contactos
oscuros del silencio.

Tus ojos percibieron
la mirada indeseable
pervertida del silencio.

Con tu susurro infinito
partieron las palomas
oscuras del silencio

El calor de tu sonrisa
se moja en la lluvia
oscura del silencio.

La furia de tus palabras
acabaron con el aliento
oscuro del silencio

La mentira y el olvido
conjugarion las emociones
oscuras del silencio.

Impalpable estaba tu corazón
tus manos mensajeras de la vida
atravezaron los precipicios
oscuros del silencio.

La sonrisa de tu cabello
navegó en los puertos
sublimes de tu verdad.

vahema santa maria

viernes 24 abril 2009v a h e m a

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PARA MI AMIGO ALBERTOPARA MI AMIGO ALBERTO

para mi amigo Alberto
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Hoz y martillo

En el corazon de poeta
Marxista leninista

Alma de comunista que nunca muere
José.

Espero le guste mi inspiró sus mensajes.
saludos de clase.
montañas de colombia, septiembre de 2005

ANTONIO CISNEROSANTONIO CISNEROS

Por sus versos lo conoceréis
En el marco de la Feria Internacional del Libro de Lima, por su trayectoria poética.

Pedro Escribano.

Tributo. El poeta Antonio Cisneros en su casa, en Miraflores, en un momento en que está libre de las musas. (Foto: Chirstian Salazar)

“Por sus frutos lo conoceréis”. Así reza la frase bíblica que bien puede parafrasearse para el poeta Antonio Cisneros: “por sus versos lo conoceréis”. Precisamente eso hemos hecho ahora. Entregamos, a propósito del homenaje que recibirá hoy en la Feria Internacional del Libro de Lima, una brevísima selección de sus poemas para que deguste, amigo lector. (La ceremonia de homenaje será a las 7 pm. y estarán con el autor de Un Crucero a las Islas Galápagos Óscar Hahn, Peter Elmore y Gladys Díaz Carrera).

Cisneros, miembro de la generación del 60 y convertido propiamente en un clásico peruano, es una de las voces que trajeron un nuevo lenguaje a la poesía peruana. Entre otras distinciones, ha ganado el Premio Nacional de Poesía (1965), Premio Casa de las Américas (1968), Premio Gabriela Mistral de la OEA (2000).

CAFÉ EN MARTIROK UTJA
A Frigyes Todero

Hay una lámpara floreada sobre el piano
y una estufa de fierro.
Bebes el vino junto a la única ventana:
un autobús azul y plata cada cinco minutos.
Pides el cenicero a la muchacha
(alta flor de los campos ven a mí).
La luz del otoño es en tu vaso
un reino de pájaros dorados.

Pero pronto anochece.
Los autobuses no son azul y plata,
el cenicero es una rata muerta,
el vaso esta vacío.
La muchacha partió cuando encendieron
la lámpara floreada y tu mirabas
la lámpara floreada.
Puedes pedir otra jarra de vino,
pero esta noche
no esperes a los dioses en tu mesa.

REQUIEM (4)

Sea este cordero a la norteña
alegre y abundante
como los bares el viernes por la noche.

Siempre esté con nosotros, es decir
en nuestro corazón
pero también en nuestro calmo vientre.

Compasivo y sabroso sepa ser
en el lecho de muerte,
donde cesan la gula y la memoria.

Sea el cordero
símbolo y consuelo. Agnus Dei.

Sea eterno el cordero
con sus papas doradas partidas en mitad.

Mas no se tenga
por cosa de comer o digerir.

Sea sólo un farol, una bengala
en medio de los fondos submarinos.

Algo en la mano para esa travesía
tan oscura y feroz coma un mandril.

TERCER MOVIMIENTO (Affecttuosso)

Para hacer el amor
debe evitarse un sol muy fuerte sobre los ojos de la
muchacha,
tampoco es buena la sombra si el lomo del amante se
achicharra
para hacer el amor.

Los pastos húmedos son mejores que los pastos amarillos
pero la arena gruesa es mejor todavía.
Ni junto a las colinas porque el suelo es rocoso ni cerca de
las aguas.
Poco reino es la cama para este buen amor.

Limpios los cuerpos han de ser como una gran pradera:
que ningún valle o monte quede oculto y los amantes
podrán holgarse en todos sus caminos.

La oscuridad no guarda el buen amor.
El cielo debe ser azul y amable, limpio y redondo como
un techo
y entonces
la muchacha no vera el Dedo de Dios.

Los cuerpos discretos pero nunca en reposo,
los pulmones abiertos,
las frases cortas.
Es difícil hacer el amor pero se aprende.

SÓLO UN VERANO ME OTORGÁIS PODEROSAS
i. m. Lucho Hernández

Y llegado el momento el tiempo se abrirá como el Mar
Rojo
bajo el sol de nuestros padres o la luz de una sala de
emergencia.
(Ni el verano de Hölderlin me otorgáis oh Parcas
poderosas.)

Ya no esos camarones con almendras. Ya no son fastas las
mañanitas o nefastas.

Ya sólo una pradera inacabable donde pasta el potrillo y
nos ama el Señor.

Perdóname Señor. Me aterra esa pradera inacabable. Sigo a
la vida
como el zorro silente tras los rastros de un topo a
medianoche.

UN PERRO NEGRO

Un perro. Un prado.
Un perro negro sobre un gran prado verde.

¿Es posible que en un país como éste aún exista un perro
negro sobre un gran prado verde?

Un perro negro ni grande ni pequeño ni peludo ni pelado
ni manso ni feroz.

Un perro negro común y corriente sobre un prado
ordinario.
Un perro. Un prado.

En este país un perro negro sobre un prado verde es cosa de
maravilla y de rencor.

Los poemas “Un café en martirok utja” y “Sólo un verano me otorgáis poderosas” pertenecen a El libro de Dios y de los húngaros, publicado en 1978. El poema “Tercer movimiento (Affecttuosso)” ha sido extraído del libro Agua que no has de beber, editado en 1971. “Un perro negro” y “Réquiem (4)” corresponden al libro Las inmensas preguntas celestes de 1992.

SOLEDADSOLEDAD

SOLEDAD

En la mirada combativa de los pueblos,
en el retrato indomable del silencio
en el calor impostergable de los sueños
en la grandeza perdida de las palabras
en el pañuelo amarrillo de las lágrimas
Soledad
en el desprecio y en las mentiras
Y en los bolsillos descosidos de la tristeza
en la mirada huraña de una sonrisa apagada
en los caminos insurgentes de la justicia
en los cuerpos calcinados de las fosas comunes

Soledad
en el silencio de las cadenas
que esgrimen el filo de la muerte
en el canto azul de los niños

Soledad
Yo te conocí
cuando puse mis pies de barro
sobre la verdad cruda de tu silencio.

Soledad
en el registro musical de los condenados
en las llanuras de las voces encarpetadas
Y en las canciones desgarradas de los testimonios
Soledad
en el patíbulo de la muerte
que pronuncia tu nombre
Soledad
en el trabajo invisible
de los que construyen la historia

VAHEMA SANTA MARIA
18 DE ABRIL 2009-04-19
SUCRE BOLIVIA