Vahema Uncategorized TUS OJOS SON DE AGUA

TUS OJOS SON DE AGUA

TUS OJOS SON DE AGUA
La belleza es tu encanto
tus ojos son de agua,
tus hojas como enagua
cuando surco en tu canto.
En la madera de tu llanto
deguste tus sabores,
la lluvia de tus colores
derramó sobre la pona,
aquel jugo de cocona
donde bebí tus amores.
vahema
Martes 08 Marzo 2005
Sucre Bolivia.

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Décimas Relacionadas

SI ME QUITARAN TOTALMENTE TODOSI ME QUITARAN TOTALMENTE TODO

SI ME QUITARAN TOTALMENTE TODO
Autor: Alejandro Romualdo
Si me quitaran totalmente todo si
por ejemplo, me quitaran el saludo de los pájaros,
o los buenos días del sol sobre la tierra,
me quedaría aún una palabra.
Aún me quedaría una palabra donde apoyar la voz.
Si me quitaran las palabras,
o la lengua,
hablaría con el corazón en la mano,
o con las manos en el corazón.
Si me quitaran una pierna bailaría en un pie.
Si me quitaran un ojo lloraría en un ojo.
Si me quitaran un brazo me quedaría el otro,
para saludar a mis hermanos,
para sembrar los surcos de la tierra,
para escribir todas las playas del mundo,
con tu nombre, amor mío.
(De Edición extraordinaria)

EL CALOR DE LAS MIRADASEL CALOR DE LAS MIRADAS

SOBRE EL TEJIDO DE TU EXISTENCIA

SUENAN LOS PASOS DE LA BELLEZA,

EL AIRE RISUEÑO DE LAS SONRISAS

INTERPRETAN EL CALOR DE LAS MIRADAS.

LA MUSICA QUE CAMINA

BAJO EL TICTAC DE LOS CORAZONES,

ENVUELVE EN SU TERNURA

EL ANIMO INDESCRIPTIBLE

DE SU ALEGRIA.

EL FESTEJO DE LOS COLORES

ES LA LUMINOSIDAD IMPALPABLE

DE LOS PIES SOBRE LA TIERRA.

SE CAYERON LOS BOTONES DEL SILENCIO

Y SE ABRIERON LOS ARROYOS DEL SABER,

LAS LUCES SE DESCOLGARON DE LOS PUENTES

EL ARROYO DE LAS EMOCIONES

SON LOS SURCOS QUE CAMINAN

SOBRE EL MANTO VERTIGINOSO

DE LA LIBERTAD.

VAHEMA

DOMINGO 6 DE NOVIEMBRE 2011

SUCRE BOLIVIA

CIRO ALEGRIA Y SU SOMBRACIRO ALEGRIA Y SU SOMBRA

Ciro Alegría en los ojos de Dora Varona
Trabajo de investigación se apoya en crónicas del escritor.

La poetisa cubana reedita la biografía del gran escritor, hoy considerada novela.

Carlos Villanes Cairo. Madrid.

Ciro alegría y su sombra.

Portada del texto reeditado por Dora Varona.

Atrapar al ruiseñor dorado de la familia en pleno vuelo es como cazar nubes valiéndose de una red. Empeño comprometido y muy difícil. Las biografías de los grandes, escritas por sus familiares más cercanos son, siempre, una tarea riesgosa, y que invitan al cotejo, la reflexión y la polémica.
En 1993, Dora Varona publicó A la sombra del cóndor. Biografía ilustrada de Ciro Alegría, y hoy nos entrega de nuevo esa señera obra con el título de Ciro Alegría y su sombra (341 pp.), editada por Planeta de Lima, con apenas un subcapítulo suprimido.
Varona, casada desde hace 30 años con Genaro Llanqui Mamani, fue la tercera y última esposa del novelista peruano.
Dora Varona se avocó a desbrozar la obra del novelista. Al morir el autor de El mundo es ancho y ajeno dejó tres novelas y un libro de cuentos. Ahora aparecen en los escaparates 27 libros más, editados por la escritora cubana, espigados de inéditos, recopilaciones, compilaciones, epítomes y antologías de relatos y artículos periodísticos, seleccionados por toda América Latina, y, al parecer, todavía quedan cuatro o cinco más
En el prólogo de Ciro Alegría y su sombra, Dora Varona advierte que su obra no será una «estampita de primera comunión», sino la versión de «la más severa de sus críticos, a la vez que la más rendida admiradora». Y cumple su palabra. Pocas veces un biografiado, frecuentemente calificado por ella como «maestro», «hombre superior» y «genio», resulta tan desnudo ante sus intimidades. Tildado de haragán, sucio, descomedido, mudo con los extraños, «incapaz de aceptar las fórmulas impuestas por la sociedad», tímido y «bloqueado por su inaccesible personalidad serrana», descuidado con su persona y con sus hijos –tuvo seis, cuatro con Varona y dos con Rosalía Amézquita–, y perseguido por crueles enfermedades, traiciones políticas, carcelerías, el infortunio y su pertinaz desidia. Y por mujeres –esposas, amantes y arrejuntadas– que no supieron entenderlo.
Al gran trabajo investigativo de la biógrafa para los años de su niñez y juventud, se suman los centenares de crónicas que Alegría dejó, en las cuales siempre tenía un par de parágrafos y muchas veces más para contar su vida. Como hijo de hacendado, periodista precoz, revolucionario y perseguido político, exiliado y triunfador como novelista fuera de la patria, conferenciante y profesor en Estados Unidos, Puerto Rico y Cuba, amigo de famosos y testigo de hechos significativos de la política mundial y peruana que lo llevaron al Parlamento nacional.
Planeta del Perú insiste en llamar «novela» a este libro. De ser así, tal vez ganemos a una narradora, pero perderemos a la biógrafa. De estar inoculadas de ficción estas páginas no podrán ser una seria referencia para futuros investigadores y biógrafos de uno de los novelistas mayores del Perú, cuyo primer centenario celebraremos en 2009.