Vahema Uncategorized ALIMENTO MI PASION

ALIMENTO MI PASION

lunes, marzo 21, 2005

ALIMENTO MI PASION
Caminó mi juventud
por tu playa caliente,
la nostalgia viviente
siembra alguna virtud.
Trujillo a plenitud
alimento mi pasión,
se cinceló la ilusión
en tierra prodigiosa
fue la voz maravillosa
que desbordó mi corazón.
vahema
Lunes 25 de Marzo 2005
SUCRE BOLIVIA

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CIRO ALEGRIA Y SU SOMBRACIRO ALEGRIA Y SU SOMBRA

Ciro Alegría en los ojos de Dora Varona
Trabajo de investigación se apoya en crónicas del escritor.

La poetisa cubana reedita la biografía del gran escritor, hoy considerada novela.

Carlos Villanes Cairo. Madrid.

Ciro alegría y su sombra.

Portada del texto reeditado por Dora Varona.

Atrapar al ruiseñor dorado de la familia en pleno vuelo es como cazar nubes valiéndose de una red. Empeño comprometido y muy difícil. Las biografías de los grandes, escritas por sus familiares más cercanos son, siempre, una tarea riesgosa, y que invitan al cotejo, la reflexión y la polémica.
En 1993, Dora Varona publicó A la sombra del cóndor. Biografía ilustrada de Ciro Alegría, y hoy nos entrega de nuevo esa señera obra con el título de Ciro Alegría y su sombra (341 pp.), editada por Planeta de Lima, con apenas un subcapítulo suprimido.
Varona, casada desde hace 30 años con Genaro Llanqui Mamani, fue la tercera y última esposa del novelista peruano.
Dora Varona se avocó a desbrozar la obra del novelista. Al morir el autor de El mundo es ancho y ajeno dejó tres novelas y un libro de cuentos. Ahora aparecen en los escaparates 27 libros más, editados por la escritora cubana, espigados de inéditos, recopilaciones, compilaciones, epítomes y antologías de relatos y artículos periodísticos, seleccionados por toda América Latina, y, al parecer, todavía quedan cuatro o cinco más
En el prólogo de Ciro Alegría y su sombra, Dora Varona advierte que su obra no será una «estampita de primera comunión», sino la versión de «la más severa de sus críticos, a la vez que la más rendida admiradora». Y cumple su palabra. Pocas veces un biografiado, frecuentemente calificado por ella como «maestro», «hombre superior» y «genio», resulta tan desnudo ante sus intimidades. Tildado de haragán, sucio, descomedido, mudo con los extraños, «incapaz de aceptar las fórmulas impuestas por la sociedad», tímido y «bloqueado por su inaccesible personalidad serrana», descuidado con su persona y con sus hijos –tuvo seis, cuatro con Varona y dos con Rosalía Amézquita–, y perseguido por crueles enfermedades, traiciones políticas, carcelerías, el infortunio y su pertinaz desidia. Y por mujeres –esposas, amantes y arrejuntadas– que no supieron entenderlo.
Al gran trabajo investigativo de la biógrafa para los años de su niñez y juventud, se suman los centenares de crónicas que Alegría dejó, en las cuales siempre tenía un par de parágrafos y muchas veces más para contar su vida. Como hijo de hacendado, periodista precoz, revolucionario y perseguido político, exiliado y triunfador como novelista fuera de la patria, conferenciante y profesor en Estados Unidos, Puerto Rico y Cuba, amigo de famosos y testigo de hechos significativos de la política mundial y peruana que lo llevaron al Parlamento nacional.
Planeta del Perú insiste en llamar «novela» a este libro. De ser así, tal vez ganemos a una narradora, pero perderemos a la biógrafa. De estar inoculadas de ficción estas páginas no podrán ser una seria referencia para futuros investigadores y biógrafos de uno de los novelistas mayores del Perú, cuyo primer centenario celebraremos en 2009.

LA BELLEZALA BELLEZA

LA BELLEZA
La belleza emerge
en la tierra, como
fruto esplendoroso
desde su nacimiento,
es una riqueza terrenal.
Esta impregnada
de todos los frutos
de la tierra, de su
aroma profundo,
de sus raíces, y del
secreto que guarda
el vientre
de la tierra.
Pero esta belleza pura,
incólume, absorbe
la indiferencia de los años
el caminar lento y pausado,
el desprecio de la mirada,
el dolor de las pisadas,
el abuso de las palabras,
la discriminación
por su naturaleza agotada,
el llanto silencioso
de los huesos.
Conforme transcurre,
el tiempo, los años,
se va convirtiendo
en una mercancía
que entra a la subasta
del mercado, es
absorbida por las
ganancias del dinero,
por la voracidad inescrupulosa,
la belleza se derrite y se
malgasta en las pasarelas del vicio
en los concursos efímeros
y truculentos de belleza.
La belleza se va envejeciendo,
en los mercados del placer,
en los abusos de los placeres
sexuales, allí acaba su lozanía,
su verdor y su vigor.
Allí la belleza es exprimida
para saciar las bajas pasiones
de los que se entierran
en la lujuria de la vergüenza
La vida se va deshilachándose
y su esplendor normal queda
envuelta en las silabas apretadas
de la tristeza humana.
Esas manos, ya no son
aquellas manos que
tocaban el cielo,
y construían la música
impalpable del amor.
Esos ojos vagan,
en el dolor impenetrable
del cansancio oculto
de las mejillas, que se
pierden en la sonrisa
pasajera y sobre los labios
majestuosos, que se quedan
desnudos, encendiendo los besos
donde se cultiva la
fragancia del amor
Lo que antes fue
belleza platinada,
hoy solo son arrugas
encarceladas.

Vahema Santa María

sabado, 18 de julio 2009

v a h e m a