Vahema Uncategorized EL PERU BELLO Y GRANDE

EL PERU BELLO Y GRANDE

EL PERU BELLO Y GRANDE

El Perú bello y grande
profundo como su mar
la luna sale a cantar
enamorada de nuestro ande.
Con gracia y salero mande
sonrisas de primavera
tejiendo de esta manera
un manto de libertad
voces de igualdad
es el himno de mi tierra.

vahema
Enero 2001
Sucre Bolivia.
v a h e m a

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SI ME QUITARAN TOTALMENTE TODOSI ME QUITARAN TOTALMENTE TODO

SI ME QUITARAN TOTALMENTE TODO
Autor: Alejandro Romualdo
Si me quitaran totalmente todo si
por ejemplo, me quitaran el saludo de los pájaros,
o los buenos días del sol sobre la tierra,
me quedaría aún una palabra.
Aún me quedaría una palabra donde apoyar la voz.
Si me quitaran las palabras,
o la lengua,
hablaría con el corazón en la mano,
o con las manos en el corazón.
Si me quitaran una pierna bailaría en un pie.
Si me quitaran un ojo lloraría en un ojo.
Si me quitaran un brazo me quedaría el otro,
para saludar a mis hermanos,
para sembrar los surcos de la tierra,
para escribir todas las playas del mundo,
con tu nombre, amor mío.
(De Edición extraordinaria)

LA MIRADA DEL SILENCIOLA MIRADA DEL SILENCIO

La neblina extendió su manto
al final del precipicio,
las voces de las pisadas
dieron vuelta a las estrellas.
Las angustias se cosieron
en los labios cincelados,
los dolores de columna
hablaron por los codos.
La mirada del silencio
en el galope del caballo,
fustigaba con el viento
viejas sombras del recuerdo.
La mecida del caballo
provocaban otras risas,
nuevos vientos removian
los sombreros de la vida.
Las aguas discurrian lentamente
el trotar de los caballos,
inclinaban las pendientes
las ventisca de las voces
apagaban los cigarros.

Vahema
Viernes 03 de Noviembre 2006
Sucre – Bolivia.

LA LUCHALA LUCHA

Las flores de tus ojos,
me enseñaron la lluvia,
a buscar en cada pétalo
de la vida
las hojas desnudas
de la opresión.
Caminé por el silencio
de tus palabras
y encontré
una flor que me llamaba.
Sus hilos de sangre
se perdían,
en la raíz de la tierra,
las huellas de su sombra
me hablaron en la noche,
y dejaron en mis manos
su camino de libertad.
Recibí en mis sentidos,
las voces de los enterrados,
sonaron sobre mis oídos
las gargantas de los fusilados.
En la piel suave de las flores
encontré las huellasde tus ojos,
y con los racimosde las hojas
recogí las manosquemadas
con las sílabas
ardientes
de la sangre
y de la pólvora.

Vahema

La Paz – Bolivia

2005