Vahema Uncategorized LA BELLEZA

LA BELLEZA

LA BELLEZA
La belleza emerge
en la tierra, como
fruto esplendoroso
desde su nacimiento,
es una riqueza terrenal.
Esta impregnada
de todos los frutos
de la tierra, de su
aroma profundo,
de sus raíces, y del
secreto que guarda
el vientre
de la tierra.
Pero esta belleza pura,
incólume, absorbe
la indiferencia de los años
el caminar lento y pausado,
el desprecio de la mirada,
el dolor de las pisadas,
el abuso de las palabras,
la discriminación
por su naturaleza agotada,
el llanto silencioso
de los huesos.
Conforme transcurre,
el tiempo, los años,
se va convirtiendo
en una mercancía
que entra a la subasta
del mercado, es
absorbida por las
ganancias del dinero,
por la voracidad inescrupulosa,
la belleza se derrite y se
malgasta en las pasarelas del vicio
en los concursos efímeros
y truculentos de belleza.
La belleza se va envejeciendo,
en los mercados del placer,
en los abusos de los placeres
sexuales, allí acaba su lozanía,
su verdor y su vigor.
Allí la belleza es exprimida
para saciar las bajas pasiones
de los que se entierran
en la lujuria de la vergüenza
La vida se va deshilachándose
y su esplendor normal queda
envuelta en las silabas apretadas
de la tristeza humana.
Esas manos, ya no son
aquellas manos que
tocaban el cielo,
y construían la música
impalpable del amor.
Esos ojos vagan,
en el dolor impenetrable
del cansancio oculto
de las mejillas, que se
pierden en la sonrisa
pasajera y sobre los labios
majestuosos, que se quedan
desnudos, encendiendo los besos
donde se cultiva la
fragancia del amor
Lo que antes fue
belleza platinada,
hoy solo son arrugas
encarceladas.

Vahema Santa María

sabado, 18 de julio 2009

v a h e m a

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SU CAMINO DE LIBERTADSU CAMINO DE LIBERTAD

SU CAMINO DE LIBERTAD
Las flores de tus ojos
me enseñaron la lluvia,
a buscar en cada pétalo de la vida
las hojas desnudas de la opresión.
Caminé por el silencio de tus palabras
y encontré una flor que me llamaba
Sus hilos de sangre se perdían,
en la raíz de la tierra,
las huellas de su sombra
me hablaron en la noche
y dejaron en mis manos
su camino de libertad.
Recibí en mis sentidos,
las voces de los enterrados,
sonó sobre mis oidos
las gargantas de los fusilados.
En la piel suave de las flores
encontré las huellas de tus ojos,
y con los racimos de las hojas
recogí las manos quemadas
con las sílabas ardientes
de la sangre y de la pólvora.
vahema1997

LA SUMA DE TUS LATIDOSLA SUMA DE TUS LATIDOS

LA SUMA DE TUS LATIDOS

Escuché una voz delicada,
era la espuma de tu sombra
tal vez sentí tu ausencia
con el dolor de los huesos.

Comprendí tu palabra muda
era el espejo de los años,
tu voz alcanzó tu altura
en el delicado verso de la lluvia.

La luz polvorienta,
quiso minar tu fortaleza

pero el sencillo de tu coraje
cantó en la fiesta de los sueños.

El calor de los cristales
bebio de tu manantial,
y la suma de tus latidos
subieron por las aristas
de tu singular ternura.

vahema

19 de febrero 2010
Sucre Bolivia