EL CALOR DE TU CABELLERA
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QUEBRADA HONDAQUEBRADA HONDA
Se desnudo la palabra
en el dolor de la sonrisa
es el valor del efecto
es la conquista del dialecto.
No es tampoco un sueño
la pasion no tiene dueño.
La palabra corre
por las petulantes aguas
de la hermosura.
Me encontre contigo
estaba bañado de sal y de azucar
sobre tu cuerpo abaleado
solo vi luces de esperanza
tu traias sobre los ojos de tu rostro
la dureza de la lucha,
el valor de tu sangre,
la luz de tu coraje,
venias cubierto
con las hojas del otoño.
Las venas de las huellas
nos cubrieron de primavera.
Alto dijo el miedo
y atras quedaban
los cinturones de miseria
La quebrada honda tenia
una sonrisa blanca,
las luces de sus musculos
apoyaban los combates
el trueno y la lluvia
se convirtieron en aliados naturales.
La firmeza de la letra invencible
era la marcha imparable
de los altivos guerreros.
solo pido que me des fuerza
para seguir escribiendo.
vahema
29 noviembre 2011
sucre bolivia.
VOLVIO A BRILLAR EL SOLVOLVIO A BRILLAR EL SOL
LA BELLEZALA BELLEZA
en la tierra, como
fruto esplendoroso
desde su nacimiento,
es una riqueza terrenal.
Esta impregnada
de todos los frutos
de la tierra, de su
aroma profundo,
de sus raíces, y del
secreto que guarda
el vientre
de la tierra.
Pero esta belleza pura,
incólume, absorbe
la indiferencia de los años
el desprecio de la mirada,
el dolor de las pisadas,
el abuso de las palabras,
la discriminación
por su naturaleza agotada,
el llanto silencioso
de los huesos.
Conforme transcurre,
el tiempo, los años,
se va convirtiendo
en una mercancía
que entra a la subasta
del mercado, es
absorbida por las
ganancias del dinero,
por la voracidad inescrupulosa,
la belleza se derrite y se
malgasta en las pasarelas del vicio
en los concursos efímeros
y truculentos de belleza.
La belleza se va envejeciendo,
en los mercados del placer,
en los abusos de los placeres
sexuales, allí acaba su lozanía,
su verdor y su vigor.
Allí la belleza es exprimida
para saciar las bajas pasiones
de los que medran en los ambientes
prostibularios, el depravado, pervertido,
que se entierran en la lujuria
de la vergüenza.
La vida se va deshilachándose
y su esplendor normal queda
envuelta en las silabas apretadas
de la tristeza humana.
Esas manos, ya no son
aquellas manos que
tocaban el cielo,
y construían la música
impalpable del amor.
Lo que antes fue
belleza platinada,
hoy solo son arrugas
encarceladas.
Vahema Santa Maria
sabado, 18 de julio 2009
v a h e m a